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Amal, marioneta símbolo de niños refugiados visitó DC

La presencia de la gigantesca “Pequeña Amal” (Little Amal) no pasó desapercibida por las calles de Washington, DC. La marioneta que representa a una niña siria refugiada hizo detener el tránsito y recibió el aplauso de muchos inmigrantes hispanos, quienes en algún momento también se vieron obligados a abandonar sus países por las guerras, el hambre y la violencia delincuencial.

La “Pequeña Amal”, que mide más de 12 pies de altura, tuvo dos paradas importantes en la ciudad: La primera fue frente al edificio principal del Servicio de Inmigración y Naturalización en la avenida Massachusetts, mientras que la segunda fue en el salón principal de Union Station. En ambos lugares se advirtió la presencia de centenares de refugiados de diversas partes del mundo que llegaron a estos puntos en señal de solidaridad.

De igual modo, la sorpresa y curiosidad de transeúntes fue evidente al punto que se detuvieron para contemplarla, preguntar por su procedencia, tomar fotografías e interesarse, al menos por un momento, en el tema de los refugiados en el mundo. 

Los que más aplaudieron y se emocionaron por el paso de la gigantesca marioneta fueron los vendedores ambulantes, en su mayoría hispanos, africanos y asiáticos, quienes han experimentado en carne propia lo que significa ser forzados a abandonar sus países de origen.     

Desde 2019, Amal se ha convertido en un símbolo de esperanza que viaja para concienciar sobre el tema migratorio. Su caminata por el mundo siguiendo los pasos de los inmigrantes sirios fue Turquía, a 64 kilómetros de la frontera con Siria, donde hay varios asentamientos de estos migrantes, para luego visitar Grecia, Italia, Francia, Inglaterra y Ucrania y Estados Unidos.

En esta ocasión la “Pequeña Amal” visitó ciudades fronterizas con México. Desde que inició su recorrido por el mundo, la marioneta ha viajado más de 9.000 kilómetros y ha sido recibida por más de un millón de personas, incluyendo artistas, líderes religiosos y comunitarios.

Un grupo de madres hispanas participaron en la bienvenida de la “Pequeña Amal” en Union Station. Foto/MV    

Mostrar una triste realidad

Para Enrico D. Wey, uno de los creadores del proyecto, dijo que Amal es un nombre árabe que significa “esperanza”, que viene a “escuchar” las voces de auxilio de los refugiados de todo el mundo.

“Muchas personas no saben el significado de la palabra 'refugiado', ni entienden todo el dolor que lleva consigo. La marioneta que encarna a una niña de 10 años que dejó a su país y sus hermanos en búsqueda de su madre que emigró hacia el Reino Unido”, explicó Wey.

El proyecto es una colaboración de dos productoras británicas con Handspring Puppet, de Sudáfrica, que creó la marioneta tras las crisis de la migración siria hacia Europa, en medio de múltiples peligros que han cambiado la vida de muchos migrantes.

Agregó la “Pequeña Amal” es una marioneta que sus productores han tratado de humanizarla y permitir que el público de todo el mundo pueda darle la bienvenida como a una visitante en la ciudad.

Emoción y solidaridad

El mexicano Edy Villar, cuyo puesto de camisetas y Souvenirs está cerca de Union Station, no pudo ocultar su emoción al ver a la gigantesca marioneta cruzar por la avenida Massachusetts, pues inmediatamente saltaron los recuerdos de su salida forzada de Matamoros (México) debido a la violencia y sometimientos que ejercen los carteles de la droga contra los pobladores.

“Hace cinco años dejamos todo lo que teníamos allí. Abandonamos nuestros animales, la casa, los amigos y todas las cosas logradas a través de los años. Mis hermanos se quedaron indocumentados en Brownsville (Texas), pero yo me case, arregle papeles y ve vine para Maryland. Es duro ser obligado a dejar tu tierra”.

Algo similar vivieron un grupo de madres de familias hispanas, quienes por su condición de inmigrantes fueron convocadas por la organización Creative Alliance de Baltimore, para participar de un baile de bienvenida a la “Pequeña Amal” en el interior de Union Station.

La danza denominada “Alegría y Paz”, que contó con la participación del público, tuvo tres partes. En la primera todos los presentes ayudan a “Amal” a levantarse del suelo y la aplauden en señal de bienvenida. La segunda, los asistentes “ayudan” a la marioneta a buscar a su madre, a encontrar comida y consuelo espiritual. La tercera, todos bailan al compás de una alegre melodía para darle animo no solo para seguir buscando a su progenitora, sino también para que sea aceptada como refugiada.

La venezolana Lucia González, quien participó en la corografía del evento, expresó su satisfacción por ser parte del baile de bienvenida “Pequeña Amal”, destacando la participación solidaria de las madres de familia hispanas y sus menores hijas que llegaron de diversas partes de la ciudad para decir presente.

“Es importante mostrar al público el grave problema que viven millones de refugiados en el mundo. Hoy tenemos a miles de inmigrantes en la frontera entre México y Estados Unidos esperando que les concedan un asilo humanitario. Todos los días vemos en las noticias niños que cruzan solos la frontera, jóvenes ahogados por tratar de cruzar el Río Bravo o padres de familia mutilados por caerse de los trenes que se dirigían a la frontera. Tenemos que tomar consciencia del problema, ser más solidarios y humanos con las personas que piden refugio. Ellos son nuestros hermanos, todos somos iguales ante los ojos de Dios”, puntualizó González.       

En la danza estuvieron representadas madres de familia de México, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Ghana, Sudan, Siria y Ucrania, entre otras. Todas lucieron un traje típico de Siria.

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