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8 maneras de celebrar el Jubileo 2025 sin salir de tu diócesis

Vaticano tiene un libro en español sobre los documentos del Concilio Vaticano II, preparado con vistas al Año Santo 2025. Foto/CNS/Justin McLellan

Se esperan hasta 35 millones de visitantes en Roma en el 2025. Muchos de ellos serán peregrinos para el próximo jubileo, un año santo que la Iglesia celebra cada cuarto de siglo. Aunque se han programado numerosos eventos en Roma y en el Vaticano para celebrar el Jubileo 2025, este Año Santo es para toda la Iglesia. He aquí algunas maneras de celebrarlo sin tener que ir más lejos que tu catedral local.

1. Participar en el sacramento de la Reconciliación

La idea del jubileo o año santo tiene su origen en los jubileos que celebraban los israelitas, que veían cada 50 años como un tiempo especial para el perdón y la reconciliación con Dios y con los demás. Dejaban sus campos en barbecho, reponiendo la tierra, permitían que aquellos que estaban esclavizados recuperaran su libertad, devolvían la tierra a sus antiguos dueños y perdonaban las deudas que no se podían pagar. La reconciliación y el restablecimiento de las relaciones también están en el centro de los años santos de la Iglesia, por lo que el sacramento de la Reconciliación es un componente clave de este año. En la bula papalque anuncia este año santo, el papa Francisco dice que el sacramento de la Reconciliación es el "punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión". Durante el Jubileo, se pide que en las iglesias locales "se cuide de modo especial la preparación de los sacerdotes y de los fieles para las confesiones y el acceso al sacramento en su forma individual", dijo el Papa. Es de esperar que muchas diócesis celebren un período de confesiones ininterrumpidas con motivo de la iniciativa cuaresmal 24 Horas para el Señor, los días 28 y 29 de marzo de 2025.

2. Leer el documento jubilar

Publicada en mayo, "Spes Non Confundit" es la bula de de convocación que el Papa Francisco promulgó para el Año Jubilar 2025. Con el tema del Año Santo "Peregrinos de esperanza", se incluye una reflexión bíblica sobre la esperanza, así como una explicación del significado de un año jubilar; ideas y ánimos para los cristianos que vivan el Año Santo; llamamientos al acompañamiento, la misericordia y la caridad para diversas personas necesitadas; y algunos de los acontecimientos y aniversarios clave que observará el Año Santo.

Entre las sabias palabras del papa Francisco se encuentra una reflexión sobre la paciencia, a la que llama "hija de la esperanza" la cual "al mismo tiempo la sostiene", pero que, dijo, ha sido relegada "a causa de los ritmos frenéticos de la vida" en una época del "aquí y ahora". "Si aun fuésemos capaces de contemplar la creación con asombro, comprenderíamos cuán esencial es la paciencia", que "sólo podría resultar beneficiosa para nosotros mismos y para los demás", escribió. "La paciencia, que también es fruto del Espíritu Santo, mantiene viva la esperanza y la consolida como virtud y estilo de vida".


3. Hacer una peregrinación

En "Spes Non Confundit", el papa Francisco cuenta entre los "peregrinos de la esperanza" del Año Jubilar a aquellos quienes "no pudiendo venir a la ciudad de los apóstoles Pedro y Pablo, lo celebrarán en las Iglesias particulares". "La peregrinación expresa un elemento fundamental de todo acontecimiento jubilar", escribió. "Ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida. La peregrinación a pie favorece mucho el redescubrimiento del valor del silencio, del esfuerzo, de lo esencial". Aunque se espera que las rutas tradicionales de peregrinación a Roma y en la propia Roma sean muy transitadas durante el Año Santo, los católicos también pueden peregrinar a lugares santos locales, o incluso a sus propias parroquias, para rezar, confesarse o celebrar Misa. Por ejemplo, la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos también proporciona formularios y lecturas especiales para una Misa del Año Santo aprobada por la Santa Sede.

Muchas diócesis han designado determinadas parroquias o lugares santos como lugares de peregrinación durante el Año Santo. Estos lugares ofrecen a los peregrinos la oportunidad de recibir la Indulgencia Jubilar, una gracia que remite las penas temporales del pecado. La indulgencia plenaria también puede recibirse mediante visitas piadosas a lugares sagrados y la realización de obras de misericordia. Los detalles sobre la indulgencia se describen en un decreto especial que el Papa Francisco publicó el 13 de mayo.

4. Visitar tu catedral

A diferencia del Jubileo Extraordinario de la Misericordia 2015-2016, las catedrales diocesanas no designarán Puertas Santas que se correspondan con las tradicionales Puertas Santas de Roma y del Vaticano. Sin embargo, será en las catedrales donde los obispos diocesanos inaugurarán oficialmente el Año Santo local con la Misa del 29 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia. También será allí donde los obispos clausuren las celebraciones locales del Año Santo el 28 de diciembre de 2025. Mientras tanto, las catedrales serán probablemente los lugares de celebración de los Jubileos diocesanos. La Diócesis de Grand Rapids, Michigan, por ejemplo, planea siete peregrinaciones a su catedral de San Andrés a lo largo del Año Santo para diferentes grupos, como jóvenes, padres y abuelos, y las comunidades vietnamita e hispana.

5. Rezar la oración del Jubileo

El papa Francisco ha publicado una oración especial para el Jubileo. Siendo conformada por solo 131 palabras en español, la oración se incorpora fácilmente a las oraciones diarias de un individuo o una familia. Entre sus estrofas está la frase pidiendo que "la gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales". Dicha oración se puede encontrar buscando "Oración del Jubileo" en usccb.org (y también está disponible en varios idiomas en la página del jubileo https://www.iubilaeum2025.va/e...).

6. Realizar obras de misericordia

En "Spes Non Confundit", el papa Francisco pide a los católicos "ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria". Él menciona específicamente a los presos, un grupo que ha destacado al designar una Puerta Santa Jubilar en la prisión Rebibbia de Roma. También menciona que los enfermos, los jóvenes, los migrantes, los ancianos y abuelos, y los pobres necesitan signos de esperanza. El Año Santo debería inspirar a los católicos a aumentar el ejercicio de las obras corporales de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger a las personas que no tienen un hogar donde vivir, visitar a los enfermos, visitar a los encarcelados y enterrar a los muertos.

7. Revisar los recursos

El Vaticano, las conferencias episcopales y muchas diócesis disponen de recursos en línea con información sobre las celebraciones mundiales y locales del Jubileo por parte de la Iglesia. Estas incluyen información sobre las raíces judías de los años jubilares, su historia en la Iglesia católica y cómo prepararse espiritualmente para recibir la indulgencia jubilar. El sitio web del Vaticano (iubilaeum2025.va) incluye un vídeo de un coro que interpreta "Peregrinos de esperanza", el himno oficial del Jubileo. Con un texto escrito por monseñor Pierangelo Sequeri, teólogo y musicólogo italiano, el estribillo se centra en el tema de la esperanza: "Llama viva para mi esperanza, que este canto llegue hasta ti, seno eterno de infinita vida, me encamino, yo confío en ti".

8. Practicar la esperanza

En "Spes Non Confundit", el papa Francisco subraya que la esperanza que ofrece el Jubileo es para la Iglesia universal. "En el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana", escribió. La esperanza, dijo el Santo Padre, viene de Cristo, y los cristianos profundizan su esperanza a través de la oración, los sacramentos y el crecimiento en la virtud. Y también escribió que buscaba que el Jubileo "pueda ser para todos un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, ‘puerta’ de salvación (cf. Jn 10,7.9), con Él, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre, en todas partes y a todos como ‘nuestra esperanza’ (1 Tim 1,1)".



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